La Guadalupana

de Ricardo Arjona

Me colgué de tu mirada, me resbalé en tu nariz
Y salté de la catapulta de tu quijada
Después de echarme un chapuzón entre tus labios
Sin más locomoción que la imaginación
Fui a parar a tu cuello y de tu cuello a tu blusa
Y me colé por el orificio de un botón
Después de echarle un buen vistazo al corazón
En alas de un avión que es pura ilusión
Y ya dentro de tu blusa fui bordeando tu figura
Midiendo beso a beso la extensión de tu estatura
Y tropecé con un cinturón que se ajustaba a tu cintura
Que me devolvió a mi posición a siete metros de tu ubicación

Y yo que no sé cómo te llamas ni tu edad
Dónde vives, cómo piensas, si compartes tu humedad
Heme aquí como un pirata hurgando tu intimidad
A siete metros de tu integridad

Me derrapé por tu ombligo, fui a parar hasta el fondo
Y salí con la ayuda de un frágil vello
Mientras buscaba la manera
De burlar tu cinturón con pura imaginación
Soñando me hice un microbio, y pasé sin agacharme
Y me deslumbró tu ropa interior
Y cuando estaba a punto de encontrarte
Me interrumpió un mesero: ¿Le sirvo otro igual?
Tráigame un whisky doble y siéntase el dueño de mi desgracia
Estaba a punto de hallarla cuando usted me interrumpió
Y volteé para verla y ella ya no estaba ahí
Y me quede como siempre a siete metros de la realidad

Y yo que no sé cómo te llamas ni tu edad
Dónde vives, cómo piensas, si compartes tu humedad
Heme aquí como un pirata hurgando tu intimidad
A siete metros de tu integridad

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