Bruci la città

de Nek

Cómo aquella luz tan incado de incierta tú
sentiras tu estado de animo igual
y no puedes más.
De los hombres que te usan y se van
y te roban de tus ojos la alegria
día tras día, así día tras día.
Si las lagrimas te ayudassen hoy a acabar com el dolor clavado ahí muy dentro de ti.
En el cuarto veintiséis entre flores que no mira ya.
Dondo tu vendes tu cuerpo y un amor a contratiempo entran, pagan y luego se van.
En el cuarto veintiséis donde siempre encuentra otro adiós
Y te hive que no haya carino en las breves carícias que te dan.

A otro hombre ouvirás
sentirás te amar
Insistiendo a tu puerta para entrar
y tú no abriras.
Luego escaparas lejos del dolor
como pajaro que vuela en libertad
tu miente se ira.

En el cuarto veintiséis entre flores que no mientra ya.
Vés el mar sin más fronteras,
esperando primaveras
que te den de nuevo armonia.
Y el valor que tú querias
para irte y no volver jamas
a ese mundo sucio de vida dura
donde nunca hay ternura.
Y caminas por la playa
respirando el mar que calla
tú eres parte en su totalidade.

En el cuarto veintiséis
En tu pelo flores te pondrás,
esperando el alba de un nuevo encuentro
en el perfume del viento

En el cuarto veintiséis

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