Ellos

de Mario Álvarez Quiroga

Mira como se me pone la piel
Cuando te recuerdo
Por la garganta me sube
Un río de sangre fresco
De la herida que atraviesa
De parte a parte mi cuerpo
Tengo clavos en las manos
Y cuchillos en los dedos
Y en la sien una corona
Hecha de alfileres negros
Mira cómo se me pone la piel
Cada vez que me acuerdo
Que soy un hombre casa'o
Y, sin embargo, te quiero

Entre tu casa y mi casa
Hay un muro de silencios
De ortigas y de chumberas
De cal, de arena, de viento
De madreselvas oscuras
Y de vidrios en acecho
Un muro para que nunca lo pueda saltar el pueblo
Que está rondando la llave
Que guarda nuestro secreto
Y yo sé bien que me quieres
Y tú sabes que te quiero
Y lo sabemos los dos
Y nadie puede saberlo

Salgo de mi casa al campo
Solo con tu pensamiento
Por acariciar a solas
La tela de aquel pañuelo
Que se te cayó un domingo
Cuando venías del pueblo
Y que no te he dicho nunca
Mi vida que yo lo tengo
Y lo estrujo entre mis manos
Lo mismo que a un limón nuevo
Y miro tus iniciales y las repito en silencio
Para que ni el campo sepa
Lo que yo te estoy queriendo

Ayer en la plaza nueva
Vida, no vuelvas a hacerlo
Te vi besar a mi niño
A mi niño el más pequeño
Y cómo lo besarías
¡Ay virgen de los remedios!
Que fue la primera vez
Que a mí me diste un beso
Llegué corriendo a mi casa
Alcé a mi niño del suelo
Y sin que nadie me viera
Como un ladrón en acecho
En su cara de amapola
Mordió mi boca tu beso

¡Ay, qué alegría, y qué pena!
Quererte como te quiero
Mira, pase lo que pase y
Aunque se hunda el firmamento
Aunque tu nombre y el mío
Lo pisotean, por el suelo
Aunque la tierra se abra
Y aún, cuando lo sepa el pueblo
Y pongan nuestras banderas de amor
A los cuatro vientos
Sigue queriéndome así
Tormento de mis tormentos

¡Ay, qué alegría y qué pena!
Quererte como te quiero

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