Luis Pérez Cardoso nació en Posadas (Córdoba) en 1950. Caso de vocación sin resquicios, Luis de Córdoba ha entregado su vida al cante. Anda sobrado de registros, de pujanza melismática y de preparación músico-flamenca. Por esto, y porque su cante se repuja de buenas maneras y un gusto exquisito por guardar las formas, puede Luis de Córdoba, desde su afición infinita, desde la potencia de su torrente, permitirse abordar con mayúsculas cualquiera de los palos que se presienten reservados al privilegio de sus facultades. Ha despertado la atención de los críticos por su desmedida hambre de estudio, ahincándose en los grandes maestros, en una búsqueda, sin claves de contraseñas, para comunicar un trance. Y con ser esto grande, lo es más aún su compromiso con el flamenco como estudio y como investigación. Su aportación musical al estudio de los cantes de ida y vuelta quedará en la historia como un importantísimo soporte documental. Pero hay más. Su patrocinio de los...