La dicha de tenerte

de Luis Alberto Posada

Él era un hombre muy rico y de penurias no sabía
De los seres que sufrían se burlaba del dolor
Por los seres desvalidos su soberbia no escondía
Desatando todo el peso de su cruel humillación

Era grande en su riqueza y a los templos profanaba
De poderes se ufanaba, ciego estaba en su ilusión
Se ensañaba en los humildes como un lobo en mansa oveja

Ignoraba que el destino le quitara su ambición
Quien por hambre le pedía con orgullo pisoteaba
Imponente y desairoso se reía del infeliz
Arrojaba a la basura el manjar que le sobraba
No dejaba que el hambriento recogiera su botín

Hoy ya no es el potentado con alardes de grandeza
El poder de aquel dinero ya en su vida claudicó
Hoy implora una limosna en el portal de una iglesia
Porque no tuvo clemencia de ella espera algún favor

Un mendigo de experiencia a aquel rico aconsejaba
Tú que lo has tenido todo a qué vienes a implorar
En esta sagrada iglesia la que tanto has profanado
Anda y pídele a los tuyos que con creces te darán

Quien por hambre le pedía con orgullo pisoteaba
Imponente y desairoso se reía del infeliz
Arrojaba a la basura el manjar que le sobraba
No dejaba que el hambriento recogiera su botín

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