La Princesa y el Rio

de Los Chiquinquireños

Y surge de mí una fuerza interior
De los sentimientos de mi corazón
Y en ese instante me aflora el honor
La fe y el fervor
No siento dolor

Y el blanco de mi uniforme
Solo devela lo enorme
Del amor que a usted le ofrendo
La admiración que mantengo
Tan solo al verla la entiendo
Pues mi vida está en su nombre
Y vivo comprometido
Pues me siento el elegido
Para cargar el mesón
Y llevarla en procesión
Colmado de devoción
Junto a su pueblo querido

Por sus milagros me asombro mi alteza
Por su belleza la nombro
Y usted con gran sutileza
Divina pureza me da fortaleza
Para cargarla en mis hombros
Y surge de mi una fuerza interior
De los sentimientos de mi corazón
Y en ese instante me aflora el honor
La fe y el fervor
No siento dolor

Por sus milagros me asombro mi alteza
Por su belleza la nombro
Y usted con gran sutileza
Divina pureza me da fortaleza
Para cargarla en mis hombros
Y surge de mí una fuerza interior
De los sentimientos de mi corazón
Y en ese instante me aflora el honor
La fe y el fervor
No siento dolor

No he podido calcular
Describir ni descifrar
Lo que por usted yo siento
Ni menos el sentimiento
Que me mantiene contento
Cuando la voy a cargar
Tanto la amo que sueño
Que la he visto en raudo vuelo
Con angelitos bajar
Y en su trono celestial
Y la he podido besar
Recién bajada del cielo

Por sus milagros me asombro mi alteza
Por su belleza la nombro
Y usted con gran sutileza
Divina pureza me da fortaleza
Para cargarla en mis hombros
Y surge de mí una fuerza interior
De los sentimientos de mi corazón
Y en ese instante me aflora el honor
La fe y el fervor
No siento dolor

Por sus milagros me asombro mi alteza
Por su belleza la nombro
Y usted con gran sutileza
Divina pureza me da fortaleza
Para cargarla en mis hombros
Y surge de mí una fuerza interior
De los sentimientos de mi corazón
Y en ese instante me aflora el honor
La fe y el fervor
No siento dolor

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