Las cuarenta (Tango)

de Diego El Cigala

Con el pucho de la vida apretado entre los brazos
La mirada turbia y fría, un poco lerdo el andar
Dobló la esquina del barrio y, curda ya de recuerdos
Como volcando un veneno esto se le oyó acusar

Vieja calle de mi barrio donde he dado el primor paso
Vuelvo a vos, gastado el mazo en inútil barajar
Con una llaga en el pecho, con mi sueño hecho pedazos
Que se rompió en un abrazo que me diera la verdad

Aprendí todo lo bueno, aprendí todo lo malo
Sé del beso que se compra, sé del beso que se da
Del amigo que es amigo siempre y cuando le convenga
Y sé que con mucha plata uno vale mucho más

Aprendí que en esta vida hay que llorar si otros lloran
Y, si la murga se ríe, hay que saberse reír
No pensar ni equivocado ¡Para qué, si igual se vive!
¡Y además corrés el riesgo de que te bauticen gil!

La vez que quise ser bueno en la cara se me rieron
Cuando grité una injusticia, la fuerza me hizo callar
La experiencia fue mi amante; el desengaño, mi amigo
Toda carta tiene contra y cada contra se da!

Hoy no creo ni en mí mismo. Todo truco, todo falso
Y aquél, el que está más alto, es igual a los demás
Por eso, no has de extrañarte si, alguna noche, borracho
Me vieras pasar del brazo con quien no debo pasar

Aprendí todo lo malo, aprendí todo lo bueno
Sé del beso que se compra, sé del beso que se da
Del amigo que es amigo siempre y cuando le convenga
Y sé que con mucha plata uno vale mucho más

Aprendí que en esta vida hay que llorar si otros lloran
Y, si la murga se ríe, aun no se debe reír
No pensar ni equivocado ¡Para qué, si igual se vive!
¡Y además corrés el riesgo de que te bauticen gil!

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