Hay una Virgen

de Carlos Gardel

Hay una virgen de alma cariñosa
Tan tiernamente al corazón unida
Que separar mi vida de su vida
Fuera lo mismo que romper las dos

Hay un semblante pálido y hermoso
Que siempre miro porque está en mi alma
Y que en la noche de la dulce calma
Vela con mi ángel, cuando duermo yo

Hay un cabello derramado en rizo
Que él protege mi mano cariñosa
Una cabeza lánguida y hermosa
Que dulcemente desmayando va

Hay un seno de amor tibio y tranquilo
Donde reclino, pálida, mi frente
Cuando la copa del dolor ardiente
El alma mártir apurando va

Hay unos ojos negros dormidos
A la sombra ideal de las pestañas
Cuya mirada celestial empaña
La pureza dulcísima de amor

Ojos que buscan en los ojos míos
En el idioma, del alma, silenciosos
Ojos dichosos si me ven dichosos
Ojos que lloran si me ven llorar

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