Rehenes

de Andrés Calamaro

Vos estabas, cuando estaba todo bien.
Y no estabas, cuando el rollo marginal pinchó.
En el gueto eras un príncipe inglés.
De currante no vas a perder tu "savoir faire" jamás.

Vos estabas, esperando al marroquí
en Barajas, el colmo del síndrome Estocolmo.
Como aquella temporada cultural,
con rehenes, atados al piano rojo.

Vayamos pintados con sangre de los dos.
Siempre, Siempre (bis)

Nos esperan con balas de plata dulce,
fundidas de arreglos dentales nuestros.
Un hombre es un campo de batalla,
si no se calla es una revolución de claveles.

Vayamos pintados con sangre de los dos.
Siempre,Siempre (bis)

Entonces era la libertad,
a veces mataría por cinco minutos más.
Entonces era la libertad,
ahora me toca huir a mí, nene.

Vayamos pintados con sangre de los dos.
Siempre,Siempre.
Siempre.

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